jueves, 26 de noviembre de 2015

Pencas de acelgas rebozadas

El otro día me invitaron a cenar. Como llegué antes de tiempo, pude disfrutar de todo el proceso de elaboración del plato, unas enormes pencas de acelgas rellenas y rebozadas. A continuación os dejo los pasos de la receta para que lo hagáis en casa si os apetece.

Pencas rellenas de jamón y queso antes de ser rebozadas
No tuve ocasión de sacar foto a las hojas de acelgas antes de cortarlas, pero eran dignas de mención, enormes, bien verdes y bastante limpias. Y además ecológicas, todo un lujo.

Los ingredientes son muy sencillos, las cantidades son para una cena para dos personas. Cuanta más gente, pues más pencas y más relleno:
  • 2 hojas grandes de acelga
  • Relleno: jamón serrano, jamón york, queso, bacon... imaginación!
  • Harina y huevo para el rebozado (y aceite para freír claro)
El primer paso será separar el tronco o penca de la acelga de la parte verde, que en esta ocasión no utilizaremos, así que se puede reservar para otro plato (se puede cocinar como si fueran espinacas). Una vez lo tengamos separado, las cortaremos en trozos de unos tres dedos (ver las fotos para haceros una idea) y las pondremos a cocer, en olla exprés o normal, al gusto, hasta que estén blandas (pero sin que se deshagan), en nuestro caso utilizamos la olla rápida y en menos de 5 minutos estaban listas.

Mientras se cuecen las pencas, podemos ir preparando el relleno: cortar el queso y el jamón en trozos acorde al tamaño al que hayamos cortado las pencas. Las que nosotros nos comimos iban rellenas de jamón york unas y de jamón serrano otras, las dos con queso. Os recomiendo con jamón serrano, que quedan más sabrosas.

El segundo paso será preparar "los sandwhiches" utilizando las pencas a modo de panes. Antes habrá que escurrirlas bien y si tenéis tiempo, dejarlas unos minutos en el escurridor que suelten bien el agua y así tendrán más consistencia (tampoco hay que obsesionarse que para eso luego se rebozan).
Vamos colocando las que ya tengamos listas en un plato o tabla y preparadas para rebozarlas.


Pencas rellenas de jamón y queso

Si tenemos la suerte de tener pinche, se puede trabajar en cadena muy bien: mientras uno las va montando el otro las va rebozando, pasándolas primero por harina y posteriormente por huevo (en orden alfabético para que no se os olvide)

Enharinado de las pencas rellenas

En la foto de arriba podéis ver que han quedado algunos trozos que bien por ser los de la parte superior de la penca o bien porque se han roto durante la cocción son más complicados de rellenar. Los podemos dejar para el final y sujetándolos con la mano y tratándolos con cuidado podremos conseguir que se queden unidos al freírlos en la sartén.

Pencas rellenas listas para ser pasadas por el huevo

Acto seguido las pasamos por el huevo. Podemos utilizar un tenedor para pringarnos menos, pero al final con las manos es con lo que mejor se trabaja (¡bien limpias, eso sí!). Desde el plato del huevo, lo mejor es llevarlas directamente a la sartén en la que habremos puesto a calentar bien de aceite un poco antes.

Fin del rebozado de las pencas
Pencas en huevo
Se fríen las pencas con bien de aceite y hasta que estén doradas

Es importante escurrirlas bien al sacarlas de la sartén, con una espumadera y además pasarlas por un plato con papel secante (papel de cocina) para que absorba un poco el aceite. A la hora de presentarlas las pondremos en otro plato o al menos retiraremos el papel. 

Y sin dar tiempo a que se enfríen, ¡a comerlas!

Pencas rellenas listas para comer
Que aproveche